Yo no necesito a nadie.

Puedes pensar que no necesitas a nadie.

Que tú estás bien contigo mismo y que los demás son complementarios.

Pero los humanos somos animales sociales, y necesitamos a los demás.

Necesitamos afecto, conversación, amistad, calor, complicidad, pertenencia, apoyo, unión.

La gente herida es obstinada porque se siente insegura. Y rechaza aquello que teme que le dañe. Pero dentro de sí misma sabe que anhela ese vínculo con los demás.

Si las relaciones son tan importantes, si son la fuente de alegría y de sufrimiento de las personas, que se pasan la vida buscando pareja, sufriendo por mantenerla cuando la tienen, sufriendo por tener familia y por no tenerla cuando esas personas dejan de estar, sufriendo por tener unos amigos y formar parte de grupos…

Yo me pregunto:

¿Por qué no nos lo tomamos en serio ya de una vez y aprendemos
a relacionarnos de forma efectiva?

Improvisamos en los momentos más importantes de nuestra vida, no nos cuestionamos el modo en el que tratamos a las personas que más nos interesa cuidar, y nos ponemos las manos a la cabeza cuando todo nos sale mal sin entender qué ha pasado.

Te diré una cosa:

El problema eres tú.

Y también la solución.

Puedes transformar tus relaciones personales, crear una tribu y tener relaciones sanas. Pero es necesario que asumas la responsabilidad sobre la situación en la que te encuentras y pagues el precio de buscar el modo de hacerlo mejor.

PD: El modo de hacerlo mejor, aquí.

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