No sé si alguna vez te ha pasado, pero a veces hay pastillas que son difíciles de tragar. No hablo en el plano metafórico, hablo concretamente del Gelocatil.

Recuerdo que de pequeño una vez me tuve que tragar uno, y se me resistía. Intentaba tragarlo pero el cabrón seguía ahí en mi boca, deshaciéndose. Y cuanto más se deshacía peor sabor tenía.

Hubo un momento que dije ya está, voy a beber agua y si muero atragantado habrá sido mejor que seguir saboreando este pedazo de infierno.

Bebí y me lo tragué.

Si hay algo que no puedes hacer como psicólogo es decirle a la gente lo que tiene que hacer.

Son ellos quienes tienen que llegar a la conclusión de dar ese paso que tanto les cuesta.

Y se resiiiiiisten agarrándose con uñas y dientes a una realidad que les duele profundamente, pero que se niegan a soltar.

Porque aceptar que eso que querían ya no será, es aceptar que no lo han conseguido… es rendirse.

No se dan cuenta de que por no aceptar un fracaso concreto, viven en un fracaso perpetuo.

Todo el tiempo que te mantienes en ese trabajo en el que nunca te ascenderán, por no aceptar que no has estado a la altura, es un fracaso.

Todo el tiempo que te mantienes en esa relación en la que hace tiempo que se terminó el amor, por no aceptar que te equivocaste eligiendo a esa persona o que no supisteis levantar esa crisis, es el verdadero fracaso.

Todo el tiempo que te mantienes con ese sabor de mierda en la boca por miedo a atragantarte con el Gelocatil, estás viviendo jodido en lugar de aceptar tu situación y dar el paso de asumir el riesgo que hay que pagar por seguir vivo.

Si fueras mi cliente, te diría:

“Deja de conformarte con una situación de mierda por no aceptar tu realidad y asume la responsabilidad de dar los pasos que tienes que dar.

Escúpelo o trágalo, pero haznos alguna señal de que dentro de ese cuerpo sigue habiendo alguien con ganas de vivir.”

🔥  ATENCIÓN 🔥

Este sábado en la Membresía te hablo sobre pagar el precio de una vez para conseguir aquello que llevas tanto tiempo deseando.

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