Una curiosidad friki.

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Hoy me apetece contarte algo que me ha sucedido y que me ha parecido fascinante.

Si me sigues desde hace algún tiempo sabrás que soy muy friki con los libros.

Suelo leer libros de divulgación, de estrategia, de empresa, novelas… Pero lo que más leo son libros antiguos con enseñanzas. Libros de alquimia, de hermetismo, sobre religiones, culturas, filosofía... Y muchos de estos libros son muy antiguos, están descatalogados y hay que buscarlos en subastas.

Algo que la gente no imagina es que muchos de estos libros llegan maravillosamente dañados.

A algunos les faltan páginas. Es una putada porque son páginas que muy posiblemente ya nunca leeré, pero en cierto modo el libro me transmite que se ha guardado algo para sí mismo.

Pero otros… Llegan marcados, subrayados y con anotaciones.

Cuando te vas a leer una novela y tiene garabatos por todos sitios, puede que te moleste. Pero cuando estamos hablando de libros de alquimia, hermetismo, libros místicos antiguos, sabidurías ancestrales… Esos libros no los tiene cualquiera, y si han subrayado algo, eso son pistas, perlas, sabiduría...

Un regalo.

En varios libros de alquimia he podido desvelar algunos misterios sobre sus símbolos gracias a anotaciones que había grabadas por parte de sus antiguos lectores.

Los libros se convierten así en un medio vivo.

Te voy a contar la experiencia que he vivido esta semana. Conseguí una edición de un libro de 1916 que ya está descatalogado. En este caso es una novela, pero con un fuerte mensaje místico. Al abrirlo, vi que algunas partes estaban cuidadosamente subrayadas con un bolígrafo de color rojo. Las partes subrayadas, habrían pasado desapercibidas para un lector cualquiera, la persona que estaba detrás del bolígrafo rojo sabía bien de lo que hablaba el escritor entre líneas. Pero al seguir leyendo, apareció otra marca: un subrayador amarillo. Esta segunda persona detectaba otro tipo de sentidos a la lectura. Era más joven y menos experimentada, pero tenía buen ojo.

Yo, el tercer lector, cogí un subrayador naranja.

Ha sido fascinante porque esta semana 3 personas hemos compartido una lectura, más allá del tiempo y del espacio. Hemos conversado. Quizás, y muy probablemente, esas personas ya fallecieron, pero nada les impidió estar muy vivas en esta conversación.

La persona del bolígrafo rojo, dejó el bolígrafo sobre la mesa, cogió un bolígrafo azul y escribió una frase casi al final del libro. Era una mujer.

En un momento en el que en el libro sucedía algo terrible pero maravilloso, una de esas dos personas se emocionó. Había una marca de una lágrima en una página.

Para terminar, alguna de ellas compartió con los futuros lectores del libro, una pequeña imagen de Nuestra Señora de los Dolores, dejando esa pequeña fotografía dentro del libro. Algo que tiene sentido con el mensaje oculto de este.

Ha sido una experiencia alucinante compartir esta lectura con esas dos personas, y quizás con alguna otra que ha permanecido silenciosa sin tener nada que opinar ni subrayar.

Hay veces que la vida nos hace regalos, y si no estamos presentes puede ser que los interpretemos como mala suerte al ver que el libro viene usado o dañado. Mientras que si miramos con detenimiento nos daremos cuenta de que la vida en toda su esencia nos está hablando.

Que pases un feliz sábado, el lunes tendrás un nuevo mail en tu correo.

 

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El próximo sábado en la Membresía sí que hablaremos sobre ventas.

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