Todo funciona exactamente al contrario.

Hoy es sábado.

Algunas personas están disfrutando de una Píldora en la que les animo a no ser tan racionales.

Y lo hago porque el pensamiento divergente, disruptivo y paradójico es el modo en el que las personas más exitosas toman decisiones.

Porque, dentro de sus empresas, ellos son los que se dan permiso para explorar las locuras, y los que trabajan para ellos, los racionales, son los que les dan forma, las estructuran y trazan el modo de posibilitar lo imposible.

¿La diferencia entre unos y otros?

Una fortuna (literal).

Ser demasiado racional te hace pobre, genera rechazo en las parejas y afecta a la salud.

Porque los racionales piensan que más es mejor y no se dan cuenta de que, paradójicamente, cuanto más das, más te piden, menos lo valoran y más te penalizan el día que no lo das.

Por ello, te animo a que cuestiones tu forma de mirar, porque quizás, y en contra de todo pronóstico, el problema que te impide avanzar hacia una vida mejor es que estás haciéndolo todo correctamente.

Si quieres aprender a base de hostias, haz click aquí.

Si quieres saltarte el fracaso e ir directo al postre, haz click aquí.

Si fueras mi cliente, te diría:

“El día que te das cuenta de que todo funciona completamente al revés, te sientes gilipollas. Pero entiendes que, por fin, tienes alguna oportunidad.”

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