La experiencia me ha enseñado que cualquier cosa que uno quiere hacer suele ser más complicada de lo que parecía, especialmente si es algo que merece la pena.

Ya que en esos casos, se quiere hacer bien.

Y si asumimos que las cosas importantes van a requerir más tiempo, esfuerzo, atención y energía, podríamos plantearnos llevar a cabo estas cosas de un modo más gradual. Pasito a pasito.

Lo que pasa es que estas cosas importantes nos ilusionan, y eso hace que no seamos capaces de dar pasitos cortos para llegar hasta ellas, ya que sentimos que son tan importantes que tienen que suceder cuanto antes.

No te hablo de conseguir cosas materiales, te hablo de crear cosas maravillosas.

Esto nos lleva irremediablemente a un horizonte en el que presionamos el pedal del acelerador hasta el punto en el que supone un gran esfuerzo sostener esa velocidad.

Es por ese motivo por el que tengo ansiedad.

Porque estoy avanzando a mucha velocidad, contemplando una gran cantidad de detalles, tomando muchas decisiones, y aún así no soy capaz de levantar el pie del pedal. Porque quiero hacer lo que estoy haciendo, aún a pesar del precio que está suponiendo.

Evidentemente, sé lo que hay que hacer para reducir ansiedad y lo estoy haciendo. Pero quiero transmitir que NO es malo sentir ansiedad de vez en cuando, en momentos puntuales, ya que hay muchas situaciones que pueden provocarla.

Lo malo es entrar en bucles en los que tu contexto no deja de incrementarla, no sabes gestionarla, intentas reprimirla y así haces que crezca todavía más.

Cuando no temes sentir ansiedad y la experimentas, en cierto modo es muy similar a una forma de extenuación que te recuerda lo horrible y maravilloso que es al mis tiempo estar realmente vivo.

Si fueras mi cliente, te diría:

“No temas lo que sientes.”

Acompaño a cientos de personas a transformar su mentalidad, pero su mentalidad no importa si sus emociones están descontroladas debido a experiencias conflictivas del pasado.

Cuando te relacionas de forma sana con tus emociones no les tienes miedo. Quizás las sufres, pero no las temes. Porque sabes que es natural sentirlas, y si las experimentas plenamente terminan por cumplir su proceso y desaparecer.

Es por ello por lo que centro el 80% de mi tiempo en la investigación de la Metaprogramación Cognitiva. Porque sanar esas emociones es fundamental para que la mentalidad pueda flexibilizarse, fluir y desarrollarse exponencialmente.

En menos de 30 días empieza el Máster de Metaprogramación Cognitiva, tanto para profesionales como para particulares. Aún estás a tiempo.

Puedes compartir las frases que más te gusten de este mail en tus historias de Instagram (etiquétame), y también puedes reenviar este correo a quien creas que le puede servir.

NO respondas a este mail. NO recibo las respuestas.

Si quieres comentar este mail escribe en el Canal de Telegram.

Si algún día no recibes el mail puedes acceder a esta página
y podrás ver TODOS los mails:

mail.alexescot.com