Cuando te dispones a vivir de verdad, hace falta que dentro de ti se encienda una llama.

Primero, sucede la chispa.

Puede ser en forma de curiosidad, de intuición o de rebeldía.

Pero se enciende y empieza a arder.

Para iluminar, necesita quemar.

Hay que alimentarla de un combustible que la nutra para que siga quemando.

El mejor combustible lo obtienes quemando aquello que amas, pero que ya no debe seguir permaneciendo contigo.

Y lo quemas para generar una luz que ilumine aquel destino que amarás, y que también terminará quemado.

El problema es que si te niegas a quemarlo, la llama se apaga.

Si la abrumas, dándole cosas que no amas, se consume.

Si iluminas un destino equivocado, no tendrás combustible suficiente para llegar hasta ahí.

Pero nada de esto será un problema si no enciendes esa llama. Todo seguirá a oscuras y podrás seguir durmiendo y soñando que vives en mundos llenos de luz en los que no tienes que quemar nada.

Si fueras mi cliente, te diría:

“Dentro de ti, hay un solo pensamiento, que la enciende de nuevo.” 

🔥  ATENCIÓN 🔥

Este sábado en la Membresía tendrás combustible para una llama radiante.

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