Sin propósito estás vacío.

Una persona sin un propósito está vacía.

Lo he visto muchas veces.

Personas que, cuando pierden su misión, se apagan. A veces porque sus hijos ya no dependen de ellos o se independizan. Otras porque pierden su trabajo o los desplazan de la operativa que les motivaba. O porque el proyecto en el que estaban volcados quiebra o incluso se vende y se les saca de la actividad diaria.

Y cuando eso ocurre, empiezan a desequilibrarse.

No saben qué hacer con su tiempo, con sus recursos o su falta de estos, y en general con su vida.

Y ese vacío poco a poco se convierte en ansiedad, en apatía o incluso en enfermedad.

He llegado a pensar que la falta de propósito es una de las causas más invisibles del sufrimiento de la gente.

Creo firmemente que cada uno de nosotros está mejor cuando tiene algo que hacer que importa, algo que le da estructura, que le acerca a una meta y, a poder ser, con algún tipo de impacto o trascendencia.

El propósito no es una idea romántica, es una necesidad biológica. Es lo que mantiene a la mente enfocada, al cuerpo activo y al alma en paz.

Y no se trata de creer que cada uno ha nacido con una misión divina, sino que simplemente hay una serie de cosas que tiene que hacer para que su vida avance, para obtener más libertad y más y mejores recursos.

Cuando eso se consigue, ese propósito trasciende a las necesidades personales y se vuelve en ayudar a los demás.

Y todo eso empieza en una acción basada en la aceptación de hacer lo que uno tiene que hacer, y en la responsabilidad de hacerlo lo mejor posible.

El problema es que solemos sentirnos atrapados en situaciones que no entendemos, en posiciones dependientes, en bloqueos basados en nuestros miedos…

Y en esa maraña de “tengo que”, “debería de”, “quieren que” o “no puedo permitirme que”… uno termina por desconectarse de quién es y de lo que de verdad tiene que hacer.

Por ello, esta semana he convertido la Píldora de mañana de la IE en un reto, un verdadero reto que os romperá la cabeza, que os hará pasar a la acción y que os tendrá ocupados toda la semana.

Un reto que desenredará la maraña de caos de vuestra vida y os mostrará que tenéis más poder del que imagináis para tomar decisiones.

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