Hace un par de días llegamos a Barcelona a pasar las Navidades con la familia.

Nos instalamos en un apartamento súper chulo, abro la maleta y veo que con lo que abulta la ropa de invierno, a duras penas me he podido traer ropa, así que no tengo nada cómodo que ponerme para estar en casa.

Me acerco a la Illa, a por algo para dormir y un par de pantalones y sudaderas.

—Ei Alex!!

Me encuentro a un chico con el que jugué en el mismo equipo de basket hace unos años.

—Cuanto tiempo! Qué tal estás?— le pregunto.

—Estoy trabajando en una tienda Orange, pero es algo temporal. Ahora estoy montando un proyecto de web 3 con un amigo, para aprovechar el boom de las blockchain y vamos aaaa, y va a ser súper importante… y bla, bla, bla…

Después de meterme una chapa increíble con el proyecto y justificar que no es un dependiente de Orange sino que es el próximo Elon Musk, me pregunta ¿Y tú qué tal?

—Todo bien! Trabajando de lo mío y ahora pasando unos días con la familia.

Nos despedimos y se marchó.

Te voy a contar algo, que lo puedes extrapolar a cualquier conversación. Pero que lo puedes ver en reuniones familiares con esteroides. Así que si ayer tuviste comida familiar, analiza las conversaciones que hubo en la mesa a partir de lo que te voy a decir.

La gente cuenta todo lo que hará para compensar todo lo que no está haciendo.

Me explico.

Tienes una situación de mierda y destinas un 10% de tu charla a hablar sobre esto y un 90% a contar todas las ideas, proyectos, cosas en las que “estás” y con las que serás mucho mejor de lo que eres ahora.

La lectura es que:

Cuanto más hablas sobre lo que harás, más jodido te tiene lo que estás haciendo.

Esto es así y saberlo te permite identificar la realidad de la gente y callarte para dejar de cagarla hablando de más para compensar tu inseguridad.

Podría dejar el mail aquí y ya estaría más que bien.

Pero sigo.

Lo que sucede es que lo que te inventas que harás, ese proyecto que tienes en mente, esa persona que estás conociendo pero con la que no tienes nada, la que quizás no sabe ni quién eres o quizás ni siquiera existe... se convierte en una bola de nieve que cada vez es más grande.

Así la próxima vez que ves a esas personas, después de haberles metido la chapa para compensar tus inseguridades, y te preguntan:

¿Qué tal vas con eso…?

Tienes que justificar tu situación, más el fracaso de la situación que te inventaste y eso lo haces dándole muchísima importancia a algo que nuevo, algo que evidentemente no la tiene.

Esto monopoliza las conversaciones creando un amasijo de yoes frustrados que se pelean por hablar para contar cosas que nunca sucederán.

Si fueras mi cliente, te diría:

“Aprende a responder a la vida a partir de lo que la vida te pide.

Si te preguntan, responde. Pero aportando la información que realmente quieres compartir, ni más ni menos.

Cualquier forma de compensación denota una carencia, y hablar sin control te hace decir aquello que intentas esconder.”

🔥  ATENCIÓN 🔥

Este sábado en la Membresía te enseñaré a hacer un ritual mágico para la noche de Fin de Año para que este año se te cumpla todo lo que te propongas.

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