Igual que la naturaleza es belleza, armonía y magia.

También es implacable, salvaje y cruel.

Cuanto más nos alejamos de la naturaleza más nos alejamos de nuestra propia naturaleza.

Empezamos a vivir de forma artificial, a sentir de forma artificial, a relacionarnos de forma artificial. Esa es la base del pensamiento neurótico.

Cuando el individuo se aleja de su propia naturaleza empieza a dudar, a temer, a emparanoiarse, a desear, a pervertirse…

Cualquier forma de sabiduría está asociada a avanzar de forma alineada con la naturaleza. Cuanto más se aleja el pensamiento de la naturaleza más se tergiversa y subjetiviza, creando problemas.

Si te alejas de la naturaleza y de tu naturaleza, pierdes la belleza, la armonía, la magia.

Pero también la implacabilidad, tu parte salvaje y tu crueldad.

Ser implacable es el polo opuesto a ser dubitativo, inseguro.

Ser salvaje es el polo opuesto a ser domesticado. Podría decir civilizado pero me gusta ser preciso y por eso digo domesticado.

Ser cruel, es lo contrario de ser compasivo o bondadoso.

¿Es malo ser cruel? Es malo serlo si no eres capaz de controlarlo.

Pero lo importante es que no poder ser cruel no te hace compasivo ni buena persona, te hace inofensivo, te hace débil.

Solo aquel que es capaz de ser salvajemente cruel y elige no serlo, es realmente compasivo.

Los demás, simplemente no tienen la opción de elegir.

Si fueras mi cliente, te diría:

“Descálzate y pisa la Tierra.”

🔥  ATENCIÓN 🔥

Este sábado en la Membresía te hablo sobre la posibilidad de que alguna vez tengas que exponerte a la violencia y la mentalidad que tienes que tener en ese caso.

Voy a decir tales barbaridades que he necesitado consultarlo con mi abogado antes de grabarlo.

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