Quizás necesitas fallar.

Hoy.

Que para ti fue ayer.

(Porque yo escribo los mails siempre el día antes).

Nos hemos despertado en el Puerto de Santa María, hemos recogido relajadamente las maletas, nos hemos ido a hacer un desayuno-almuerzo a casa de mis suegros y hemos cogido un avión para Barcelona.

Al llegar hemos ido a saludar a mi madre, nos hemos instalado en el alojamiento nuevo y nos hemos acercado al centro a ver las paraditas de Navidad y a comer un curry que, en “otra vida”, era uno de nuestros restaurantes favoritos del borne.

Y al llegar a nuestro alojamiento, me he dado una ducha larguísima, luego me he puesto cómodo en el sofá y entonces Alba me dice:

¡El mail!

¡Cierto, se me había pasado!

Y os aseguro que si no me lo recuerda se me olvida, y os aseguro también que me despierto a media noche pensando:

¡El mail!

Y me toca madrugar para escribirlo.

Esto ha sucedido porque hace unos meses reestructuré mi sistema de prioridades. Antes imponía el “hacer” a lo que me apetecía, o a lo que me sentaba bien hacer.

Y eso me llevaba a una sensación de presión y de que mi lista de tareas diarias era un “tengo” infinito.

Elegí NO vivir así.

Si de verdad era bueno en la mentalidad, tenía que encontrar un formato de vida en el que las cosas a hacer para que mis proyectos funcionen sean tareas que me apetezca hacer, las haga en mi dinámica diaria y no se antepongan a mi bienestar.

Porque si quiero hacerlas, tengo que poder hacerlas y para ello yo tengo que estar bien.

Mi estado, mi actitud y disfrutar, es una prioridad.

Especialmente cuando mi trabajo se basa en inspirar y acompañar a miles de personas a escalar su vida, a lograr más reduciendo su esfuerzo y sufrimiento.

Y la realidad es que si hoy se me llega a pasar el mail no habría pasado nada. En tres años no he fallado ni un día, pero no me importaría que sucediese porque eso significaría que estoy reduciendo mi nivel de exigencia.

Soy súper exigente y necesito recordarme que a veces necesitamos fallar para ver que no pasa nada y relajarnos.

Dicho esto.

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