Qué manera...

(Reenvío el correo de hoy porque había un error en el link.)

El sábado hablé sobre el “Sí, por supuesto”.

Que simplemente es que te muevas por razones de peso.

En lugar de aceptar hacer algo por hacer, aceptar propuestas que no te terminen de beneficiar o de interesar, quedar por quedar, salir con alguien solo por ver qué pasa…

Te decía que intentes poner el foco en aquello que realmente te interesa y vayas a por ello, en lugar de destinar tiempo, atención y esfuerzo en cosas que no suman de verdad.

Pues…

Esto tan sencillo…

Causó una cantidad de debate en Telegram, hasta el punto en el que el “Sí, por supuesto” se convirtió en algo súper complicado.

Te muestro:

Un “Sí, a todo”… NO es un “Sí, por supuesto”.

Esta argumentación es típica del desarrollo personal: encontrar el valor en la excusa justificándola como una forma de autovaloración, determinación o autenticidad.

Ejemplo: Yo siempre hacía algo “positivo”, pero dejé de hacerlo por algo “negativo”, porque sentía que hacer eso me desconectaba de mí.

Desde ahí se vive como una acción valiosa el dejar de hacer algo positivo reforzando el valor de tomar la decisión.

Y en ese punto el resto del grupo se une dando apoyo y reforzando esa acción porque encuentran la excusa que necesitan para justificar no hacer esa acción positiva.

No hay dos “Sí, por supuesto”.

En este caso, se está sesgando el “Sí, por supuesto” diciendo que se ha pasado la vida haciéndolo, cuando lo que se hacía justamente era todo lo contrario.

En este caso se intenta justificar el error en la norma a partir de una excepción que fácilmente puede estar sesgada.

Cuando alguien dice que la respuesta eres “tú”, puedes asumir con el 95% de probabilidad de acierto que esa persona está equivocada y se está sosteniendo en el pensamiento mágico.

Si los sí de hace años se convierten en no rotundos es porque tomabas decisiones impulsivas sin atender al medio y al largo plazo.

Cuando alguien te diga que:

La respuesta eres tú. El amor de tu vida eres tú. Tu mejor amigo eres tú. El “Sí, por supuesto” eres tú…

Lo que te están dando es un premio de consolación.

En el desarrollo personal, los gurús en sus cursos y libros terminan por convertirte en la respuesta a la pregunta que les has hecho porque provocar una paradoja es más sencillo que ayudarte a tener mejores resultados en tu vida.

Si fueras mi cliente, te diría:

“La vida es mucho más sencilla de lo que parece cuando dejas de autoengañarte con argumentaciones redundantes que solo te llevan a darte la razón y evitan cualquier forma de acción que te suponga un esfuerzo.”

PD: Es un honor ser parte del equipo de profesores de la “Escuela de Límites” en el nuevo:

Programa: Experto en Límites.

Alba Gallardo lo petó en su primera edición del programa y un año después lanza una segunda edición para particulares y profesionales que quieran aprender a poner límites en su vida.

Si te has cansado de que te mangoneen, de que te utilicen, de que te manipulen, de que se aprovechen de ti, de que te hagan chantaje emocional, de que te estén jodiendo porque reiteradamente te pones en posiciones de vulnerabilidad y quieres cambiar eso de forma definitiva…

Apúntate a este programa en el que Alba Gallardo junto a la Doctora Gabriela Rangel, la psicóloga Laura Portaencasa y un servidor, os vamos a dar un montón de herramientas y de estrategias para que cambiéis esta situación.

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