Oído.

Vista.

Tacto.

Olfato.

Gusto.

Pero hay uno más.

Un sentido que se encuentra eclipsado por todo ese ruido, interno y externo, que necesitas escuchar para evitar percibirlo.

Ese ruido que generas insistentemente poniendo la tele de fondo, la música en tus oídos mientras andas, ese absurdo contenido infinito que no puedes dejar de mirar, esa voz que antes de dormir no deja de repasar todo lo que no quieres que suceda mañana…

Porque cuando por error se reduce el ruido y aparece el silencio…

Lo percibes.

Te llega esa luz que viene de dentro para mostrártelo.

En un instante ves el infinito y te encuentras en muchos lugares distintos al mismo tiempo viendo cosas que tú no deberías saber.

Inmediatamente necesitas enterrarlo porque lo que sucede no tiene sentido, no puedes ver ni escuchar eso porque si le hicieras caso perderías la cabeza.

Ya no está.

Nunca ha estado —te repites.

Pero lo has visto, ha sido solo un segundo y lo has eclipsado de nuevo bajo la sombra.

Pero lo has visto.

Y ahora sabes que más allá de lo que te rodea hay mucho más.

Si fueras mi cliente, te diría:

“Lo único que te puede salvar es justo aquello de lo que estás huyendo.”

🔥  ATENCIÓN 🔥

Este sábado en la Membresía te hablo sobre el instinto, sobre la magia que nace dentro de ti y que te guía hacia una vida maravillosa.

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