No es necesario que te justifiques.

Te paso un tip.

Solemos justificar de más aquellas cosas que no hacemos por miedo, pero que en el fondo sabemos que debemos hacer.

En general no hace falta justificarse.

Y si lo haces, muy posiblemente es porque en el fondo te sientes culpable por algo.

Si tienes que terminar alguna tarea, pero te detienes para hacer otra cosa que te apetece más, para descansar o para hacer algo que sabes que no deberías hacer en ese momento, empiezas a crear argumentaciones para justificar que aquello que vas a hacer es correcto debido a… que llevas mucho tiempo trabajando, que lo que haces es muy complicado, que llevas un mal día y te mereces ese descanso o que ya llevas tiempo cargando de más.

Ahí te inventas lo que quieras para darte la razón.

No te digo que no puedas hacerlo o que sea malo hacerlo.

Solo te digo que ese discurso es información.

Una información muy útil para identificar que te sientes inseguro por algún motivo con la decisión que estás tomando.

Que hay algo ahí que te chirría.

Quizás porque sabes que no deberías hacerlo, o porque crees que debes complacer a las personas con las que te encuentras. No lo sé. Pero esa justificación es innecesaria y que la pongas ahí debería decirte algo.

Ayer, en una cena, una persona me preguntó:

—¿No te vas a comer el postre?

Mi respuesta fue:

—No.

No hubo un: “No, es que estoy muy lleno.”

Ni un “No, es que no me gusta.”

Ni un “No, es que lleva mucho azúcar.”

Igual, yo siempre echo sal en mi vaso de agua. A la gente le sorprende pero no les explico el motivo, si tienen curiosidad que lo pregunten. Si lo hacen, entonces les cuento, pero no porque me sienta culpable por ser un bicho raro, sino porque es algo que puede ayudarles también a sentirse mejor.

Cuando te sientes tranquilo y alineado con lo que haces, no hay necesidad de justificación.

Y si te preguntan por curiosidad puedes responder, pero no lo haces porque necesites justificarte, sino simplemente para responder, por educación o por compartir.

Pero, cuando nadie te pregunta y aún así te justificas, cuando no hay nadie más que tú y aun así empiezas en tu cabeza a crear argumentos para hacer lo que vas a hacer…

Ahí estás obteniendo información de muchísimo valor.

Información sobre algo que no encaja, algo que tu mente intenta maquillar para no verlo.

Porque cuando hay paz interior, no hay discurso.

Solo hay acción o no acción.

Y no hace falta explicarla.

Si lo que lees en estos mails te interesa de verdad y tienes el dinero para pagarlo, no debería haber ningún motivo por el que no entrases en la Membresía de la Inteligencia Evolutiva.

Si fueras mi cliente, te diría:

Si eres consciente y responsable de lo que haces,
puedes hacer lo que te dé la gana sin dar explicaciones.”

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