No basta con tenerla grande.

Ayer hablaba sobre pensar en pequeño.

Pero no se trata de pensar en pequeño o pensar en grande.

Lo importante es tener conciencia sobre tu propia mentalidad.

Porque si tu manera de pensar se basa en la escasez, en el corto plazo, en la información básica… todo el tiempo te estarás quedando corto, te faltará información, y tomarás malas decisiones que no estarán alineadas con la realidad.

Por otro lado, si te obligas a pensar en grande o lo haces solo por ego, acabarás asfixiado por objetivos imposibles de alcanzar.

Y lo que obtendrás será frustración.

Ahí está la trampa, tanto pensar en pequeño como pensar en grande pueden ser un problema.

La clave es ser consciente del proceso.

Saber cuál es el siguiente paso.

Tener la valentía de pensar en grande cuando realmente es necesario.

Y la determinación de pensar en pequeño cuando toca profundizar en los detalles.

El simple hecho de que leas este mail ya es señal de que prestas atención a tu mentalidad, a tus emociones, a la manera en la gestionas tu vida.

Pero si de verdad quieres alinear tu mentalidad con los resultados que deseas, este es el siguiente paso.

Si fueras mi cliente, te diría:

“No se trata del tamaño…”

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