No preguntes cuánto cuesta.

Hay pequeñas acciones que marcan una GRAN diferencia.

Cuando vas a una tienda y preguntas:

¿Cuánto cuesta eso?

En realidad estás diciendo:

¿Cuánto esfuerzo me va a costar comprarlo?

Estás dando por sentado que eso te va a costar.

En lugar de eso, pregunta:

¿Qué precio tiene?

Cambia completamente porque te pones en otra posición mental. Preguntas sin dar información sobre cuántos órganos vas a tener que vender para comprar eso que quieres.

Bien, hoy estoy generoso y te voy a dar otro tip de mentalidad en relación al dinero.

NUNCA digas que algo es CARO.

Porque al decir que es caro, estás diciendo que su precio está muy por encima de su valor. Y eso es una falta de respeto.

En cambio, puedes decir:

El precio es alto.

Por ejemplo: Me interesa, pero el precio es alto para mí, y voy a tener que pensarlo.

Ahí podrías esperar a ver qué te dicen y lanzar una pregunta del tipo:

¿Podemos negociarlo?

Cuando dices que algo es caro, se termina la conversación.

Pero cuando les dices que te interesa, pero que el precio es alto y tendrás que pensarlo, estás abriendo una negociación. Incluso puedes proponerla directamente.

De un modo, te quejas, muestras debilidad, criticas… Y del otro, conversas, negocias, juegas.

Es solo un consejo, tú haz lo que quieras.

En el Programa de Inteligencia Evolutiva, te cuento estrategias y puntos de vista que marcan una diferencia de verdad en la forma en que te relacionas con el mundo.

El título de la Píldora de este sábado es: “Es mejor estar un poco loco”, y te cuento que la gente de éxito de verdad es bastante irracional, que trabajar mucho es peor que trabajar menos y que hay una cosa que se llama pensamiento paradójico, que es una locura maravillosa y que te ayuda a descubrir cómo se mueve el mundo en realidad. Y es de un modo completamente distinto al que todos imaginan.

Si fueras mi cliente, te diría:

“Tus palabras te definen y son el modo en el que los demás te descubren.
No muestres tus cartas.”

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