Menudo finde nos espera...

Escribo esto un viernes por la tarde y ya estamos instalados en el palacete de Sevilla para el evento de la Mentoría de la Inteligencia Evolutiva.

Lo llamo palacete porque realmente es una casa palacio en la que se alojaba el rey Alfonso XII en sus estancias en Sevilla. Dicen que era su espacio de divertimento y nos da la sensación de que, aunque hay muchas habitaciones, él las usó todas.

Es un espacio alucinante, pero lo mejor de todo es compartirlo con un equipo que, más que colaboradores, son amigos. Estamos aquí charlando relajados, ahora pediremos comida y terminaremos de preparar lo que tenemos preparado para mañana.

Hablan de que lo único que se puede ofrecer como emprendedor es un servicio o un producto.

Otros comentan que se puede vender una experiencia.

Y algunos dicen que la clave es vender pertenencia.

Pero creo que segmentarlo de este modo es un error.

Porque cuando alguien te compra un servicio o un producto, ya está viviendo una experiencia, y cuando le pides el mail o el móvil, ya pasa a haber una forma de pertenencia, aunque solo le hables con cariño para venderle algo más.

Pienso firmemente que hemos de empezar a combinar lo que hacemos, porque el trabajo está dejando de ser solo trabajo, estamos dejando de tener un puesto de trabajo definido en una dirección y en un escritorio, y también hemos dejado de trabajar en un horario cerrado, para trabajar a veces mucho más y otras mucho menos.

El trabajo ha pasado de moda, y por eso la gente ya no quiere trabajar, porque empiezan a entender que lo que hacen todos, queriendo y sin querer, es participar del mercado.

Accediendo a contenido, a servicios, a productos, a círculos, a experiencias, a comunidades… A ecosistemas vivos que evolucionan.

Ecosistemas creados por personas y orientados a personas.

Ecosistemas en los que estas personas, unos y otros, compartirán su vida.

Si entiendes esto, te darás cuenta de que estar en una casa palacio con unos colaboradores que son amigos y con unos amigos con los que colaboro, para pasar el día con unos clientes, que algunos ya no son solo clientes y que reciben valor, pero también lo aportan…

Es algo muy distinto a un servicio.

Es adaptar tu forma de vida a crear, a construir, a compartir, junto a personas que son un “Sí, por supuesto”.

Si quieres participar en la Inteligencia Evolutiva, escríbeme por WhatsApp para contarme los motivos por los que quieres apuntarte.

Si fueras mi cliente, te diría:

“No puedes pasar tanto tiempo trabajando y creer que eso no es tu vida.”

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