Me sorprende que os sorprenda.

Las 3 frases de ayer dieron mucho juego.

Vamos a ver.

Cuando negocias un ascenso, lo que quieres es un ascenso. Si te proponen un aumento, te están dando dinero para que te conformes con eso y no molestes por lo menos en un par de años. Si lo aceptas, es la señal de que no merecías ese ascenso.

Si estás pidiendo a tu empresa trabajar externamente para poder atender a otros clientes, y te dan un ascenso o más dinero y lo aceptas, lo que han hecho es sobornarte para que te quedes en exclusiva con ellos.

Solo a la gente que está en un estado de necesidad se la puede comprar con dinero puesto que este normalmente viene condicionado por un compromiso que limita las libertades de la persona.

Vamos a por la segunda frase. Si la persona que te gusta no te corresponde lo último que tienes que hacer, y a la vez lo más probable que hagas, es insistir para que te dé explicaciones sobre su comportamiento. Intentando averiguar si es que no entiendes señales recíprocas y si es así quieres saber el motivo por el que te está rechazando, a pesar de que esa pobre persona no tenga ningún motivo para comerse ese marrón.

En cambio, si cuando percibes que no te corresponden, te retiras elegantemente antes de que te rechacen, puedes mejorar tu propuesta al cabo de un tiempo y acercarte con más posibilidades. Pero evidentemente tienes que controlar tu ego y tu reactividad para poder jugar así.

Y por último, el dinero es un medio. Y quien lo ve como un fin es una persona con una mentalidad muy mediocre. Esa gente quiere trabajar para ahorrar dinero, para tener opciones en un futuro.

En cambio, la gente que tiene una buena mentalidad busca sistemas que le den entradas de dinero dirigiendo proyectos pero trabajando personalmente lo mínimo, y ese dinero no lo ahorra, lo intercambia inmediatamente por opciones que le proporcionan más opciones en el corto, el medio y el largo plazo. Por lo que nunca tienen dinero, y sin embargo, cada vez tienen más opciones para conseguir más, haciendo menos, asumiendo menos riesgo y al mismo tiempo aumentando su opcionalidad.

Y lo más fuerte de todo es que me parece alucinante que este tipo de reflexiones os rompan tanto la cabeza.

Si te gusta esta mentalidad y tener cada vez más claro cómo jugar bien tus cartas, escríbeme por WhatsApp para contarme los motivos por los que quieres apuntarte a la Inteligencia Evolutiva.

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