Imagino que te habrá sorprendido el titular de este mail.

Puede parecer la típica cosa que se pone en los mails para llamar la atención y luego hablar de otra cosa.

Pero no es así.

Esta es una imagen real de mi billetera:

Técnicamente este sábado gané y perdí esta cantidad en 1 solo día.

Te pongo en contexto.

Si me sigues desde hace tiempo ya sabes que me gusta Bitcoin y el sector cripto. Pienso que cada generación tiene ciertas oportunidades y que este sector es la nuestra.

La mayoría de la gente cuando se mete en estos sectores avanza despacio, con cuidado, arriesgando con moderación manteniéndose en las zonas seguras y evitando las zonas más oscuras, complejas y caóticas.

Pero yo me desenvuelvo extraordinariamente bien en las zonas oscuras, complejas y caóticas.

La única forma de entender algo de verdad es desenvolverte en ese medio, y cuanto antes te metas en la parte que cubre, en la parte que da miedo, antes entenderás de qué va ese juego.

Así que desde hace meses estoy explorando la parte más oscura de las cripto: los meme.

Criptomonedas basadas en memes (imágenes frikis que se han viralizado en internet), sin valor en sí mismas, sin proyecto detrás, sin saber quiénes son los autores.

Y me encanta porque justo en este tipo de memes, es donde más se evidencia la parte psicológica de la gente, ya que tienen una inspiración cultural, son súper volátiles y eso evoca comportamientos muy polares basados en reacciones impulsivas por avaricia y miedo.

Pues invertí en una de esas (1800$), una con bastante mala pinta pero que estaba posicionada en una plataforma de referencia, con una capitalización de mercado de 2 billones de dólares, y a pesar de que olía mal, no contemplaba todo lo que había detrás.

Unas horas después mi inversión ya suponía 6 mil $, al día siguiente por la tarde, sábado, ya eran 15 mil. Decido que es suficiente y me pongo a intercambiarlo de nuevo por una moneda “segura”. Y la única plataforma en la que se puede intercambiar, una con la que ya he operado otras veces, aparece como bloqueada. Tras varios intentos, empiezo a revisar todo lo que hay detrás, la liquidez del proyecto, las operaciones que están haciendo otras personas y si hay alguien que esté pudiendo sacar. Y veo que no.

Hablo con unos amigos y vemos que es una estafa masiva. Cuando adquieres esa moneda firmas automáticamente con un dispositivo un contrato inteligente (no es un contrato como los de papel, es algo técnico en lenguaje de código) y aceptas sin querer que te pongan en una lista negra y que no se te permita transaccionar. De tal manera que te quedas con la propiedad de esas monedas, teniendo su valor en dólares, pero no hay manera de que puedas intercambiarlas para acceder a esos dólares.

Tras probar varias cosas y verificar que no hay manera de romper ese bloqueo que te pone el contrato, acepto perder los 1800$ y empieza el juego de ver cómo mi cartera crece con un dinero que jamás podré usar.

A las doce de la noche del sábado, mi cartera ya iba por 4 millones 400 mil. Y la verdad es que fue una sensación increíble. Una vez que ya acepté que no podía hacer nada, me relajé y me dediqué a disfrutar de ver mi cartera crecer y crecer y crecer.

Hay juegos terapéuticos similares para romper patrones de escasez y para crear neuroplasticidad en relación a la abundancia, pero no creo que sean tan realistas como este. Me fui a dormir pleno, relajado, multimillonario.

Y al despertar, volvía a estar en el mundo real, con mi cartera con su valor normal que es bastante poco porque esta es para jugar. Revisé lo que me quedaba de esa moneda y eran 12$.

Vi el máximo que había llegado a acumular de capitalización de mercado y eran 88 billones de dólares, eso es lo que robaron. Evidentemente era una organización profesional la que había detrás, los que nos íbamos dando cuenta avisábamos para que el resto no metiese su dinero, pero al ver que eso no dejaba de subir la gente metía barbaridades, algunos 50 mil, otros 100 mil... Al no poder sacarlo, los estafadores retiraban el dinero y compraban más de esa moneda con ese dinero (ellos sí que lo podían sacar) y así la moneda no dejaba de subir y subir.

Fue una experiencia súper curiosa que no esperaba un sábado por la tarde y también un aprendizaje muy interesante para a partir de ahora analizar mucho mejor los riesgos antes de invertir en cosas así.

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