Hoy me apetece compartir una reflexión sobre la toma de decisiones.

Y es que muchas personas se paralizan al tener que decidir.

Lo postergan indefinidamente. Toleran situaciones inaceptables simplemente por evitar tomar acción. Dejan que los problemas se acumulen... Y lo que inicialmente podría haber sido un paso sencillo, se transforma en algo cada vez más grande y complicado.

¿Por qué ocurre esto?

Tomamos decisiones basadas en cómo percibimos nuestra realidad y si no comprendemos cómo funciona el mundo, si no sabemos los pasos que debemos seguir para llegar al lugar al que queremos llegar, tendemos a evitarlos.

Nuestro sistema de creencias moldea el razonamiento con el cual interpretamos el mundo, interactuamos con él y evolucionamos en él.

Cuando no indagas sobre el motivo por el que haces las cosas, por defecto sigues haciéndolas del mismo modo.

Cuando no entiendes cómo funciona el emprendimiento, por defecto trabajas para otro.

Cuando no tienes buenos referentes a la hora de gestionar tus relaciones, por defecto hay problemas en tus relaciones.

Tus acciones deben estar fundamentadas en razones más sólidas que el hecho de llevar mucho tiempo haciendo algo o que haya mucha gente que lo haga. Los motivos que te guían tienen que sostenerse sobre un proceso que entiendes y que puedes llevar a cabo para mejorar en tu vida.

Si no es así, lo que sucederá es que no le encontrarás sentido a tu vida y por defecto, te quedarás dónde estás.

Si fueras mi cliente, te diría:

“No puedes tomar una decisión siguiendo un mapa que no entiendes.” 

🔥  ATENCIÓN 🔥

Este sábado en la Membresía te hablaré sobre la seguridad personal, la duda y la toma de decisiones.

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