Lo que no te dicen de la autoestima.

En la Píldora de este sábado hablo sobre la autoestima.

Pero déjame adelantarte algo que no te han dicho sobre ella:

No se tiene. Se construye.

Y no precisamente mirándote al espejo y repitiendo frases bonitas sobre lo maravilloso y poderoso que eres.

Ni leyendo libros de autoayuda o yendo a talleres donde todos se abrazan llorando, perdonándose por los errores cometidos.

La autoestima real nace cuando haces cosas difíciles.

Cuando cumples tu palabra.

Cuando dejas de traicionarte y te respetas.

Aunque tenga un precio altísimo. Aunque duela. Aunque te quedes solo.

Lo que más fortalece tu autoestima no es que otros te valoren.

Es que tú sepas hacerte valorar sin depender de recursos ajenos a ti, ni de quienes te rodean, ni de las circunstancias en las que te encuentras.

Tu autoestima no mejora cuando te dan permiso para ser tú.

Mejora cuando dejas de pedirlo.

Y te das cuenta de que no necesitas gustar a todos.

Ni encajar.

Ni ser perfecto.

Solo necesitas vivir de una forma que te haga sentir orgulloso de ti.

Porque la autoestima es, en el fondo, el resultado de vivir en coherencia.

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