Las circunstancias importan lo justo.

Ayer hablaba de la lógica que hay detrás de los errores que comete la gente.

Y es que solemos creer que los errores que cometemos se deben a que no hemos sido capaces de gestionar bien las circunstancias.

Circunstancias que interpretamos como adversas.

Pero no nos damos cuenta de que el grado de influencia real que tienen las circunstancias es mucho menor de lo que pensamos.

Y que la capacidad que tenemos para gestionarlas es infinitamente mayor de lo que creemos.

Por eso hay personas que, independientemente de las circunstancias frente a las que se encuentren, suelen salir beneficiadas.

Y otras que, por buenas que sean las circunstancias en las que se encuentran, salen siempre perjudicadas.

Porque la clave no está en creer que las circunstancias lo determinan todo, sino en asumir que la lógica con la que actuamos, con la que tomamos decisiones y afrontamos las adversidades, es lo que determina el resultado que obtenemos.

Seguimos valorando limitar el acceso a la Inteligencia Evolutiva, creo que mañana ya tendremos una resolución.

Si fueras mi cliente, te diría:

“La constante en todas tus circunstancias eres tú.
Ocúpate de lo importante.

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