La vida te lo debe.

No deja de sorprenderme la cantidad de gente que vive como si el mundo les debiera algo.

En lugar de darse cuenta de que aquello que quieren recibir pero que no reciben, en realidad les está indicando que lo que están dando no es lo suficientemente bueno.

Algo que funciona muy, muy bien es contemplar el comportamiento de los demás como información sobre uno mismo.

Y es complicado, porque hay una tendencia enorme a justificar que lo que hacen los demás no es nuestra culpa, que no somos responsables de cómo se comportan, que no tiene que ver con nosotros.

Esta visión hiperfragmentada de la gente les lleva a un individualismo radical y hiperegoísta.

¿No es tu responsabilidad cómo se comportan tus hijos?

¿No es tu responsabilidad que en tu empresa no te valoren?

¿No es tu responsabilidad que las personas que tú eliges conocer no quieran pasar más tiempo contigo ni avanzar en una relación?

Hace un tiempo, en un evento, una persona me preguntó:

—¿Qué podemos hacer con la procrastinación?

Y le dije: Usarla como información.

Si hay algo que no quieres hacer y todo el tiempo lo lanzas hacia adelante, posiblemente es que eso no te gusta o te supone una dificultad, ya sea por la complejidad de hacerlo o por el impacto emocional que tiene para ti.

Cada vez que procrastines, observa qué hay detrás y elige si puedes delegarlo, capacítate para que no sea tan difícil hacerlo o revisa el modo en el que te está haciendo sentir, por si hay algo ahí que debe ser sanado.

Del mismo modo, cuando veas que la vida no te corresponde, pregúntate:

¿Qué es lo que estoy dando? ¿Cómo lo estoy haciendo ahí?

Si realmente tuviese alguna responsabilidad en lo que está pasando, ¿estaría siendo responsable de que esto esté sucediendo de este modo?

Y a medida que te abres a asumir que el mundo no te debe nada y que lo que te dé lo hará porque desea dártelo, empiezas a descubrir que siempre has tenido mucho más poder del que has imaginado. Tanto, como para condicionar tu propia vida.

En la Píldora de mañana de la Inteligencia Evolutiva, te hablo sobre el modo concreto en el que puedes relacionarte correctamente con la vida para dar aquello que te llenará de todo lo que te falta. Es un buen momento para apuntarte.

Si fueras mi cliente, te diría:

Nadie te debe nada.”

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