Ayer grabé la Píldora de mañana. Esa en la que no hay temática, estructura ni guión.

Cuando no hay límites, mi alma se expande libre. 

Saltando de un tema a otro, profundizando más de la cuenta, incluso hablando de algunos temas de los que quizás no debería hablar.

Porque hay ciertas reflexiones para las que muchos no están preparados.

Pero no importa porque, por mucho que evitemos mirar, la vida nos expone a esa realidad que hemos intentando mantener lejos de nosotros.

Esta vez he sido yo el Fuego.

Solo para recordarte que no se puede estar lejos demasiado tiempo. Al final, siempre aparece alguna forma de fuego que quema la ilusión en la que la gente se refugiaba y terminan desnudos delante de un mundo que les mira.

De esto va la Píldora de mañana de la Membresía.

De esta paradoja maravillosa que es la Vida.

Si fueras mi cliente, te diría:

“Procura no acomodarte demasiado en esta falsa estabilidad que te inventas.

A la vida le gustas salvaje y libre.

Y hará lo necesario para lanzarte de nuevo a la Arena.”

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