La vida es bonita cuando la vives, pero no lo es cuando la piensas.

Solemos evitar vivir, refugiándonos en nuestros pensamientos. Porque en ese mundo que inventamos todo puede ser mejor de lo que es en realidad.

Eso es vivir el mundo a partir de las películas, de las series, de las redes, del porno, de los videojuegos. Es imaginar que vives vidas fantásticas mientras se te duermen las piernas de estar tanto tiempo sentado en el retrete.

El problema es que mientras fantaseas, todo parece increíble. Pero cuando aterrizas tus pensamientos sobre el mundo real que te rodea, entonces esos pensamientos se vuelven oscuros.

Cuanto más te engrandeces en el mundo imaginario, más pequeño eres en el mundo real.

Y así es como termina alguien imaginándose siendo la protagonista de una historia de amor increíble, pero luego incapaz de seducir y conocer a alguien.

O alguien imaginándose siendo el héroe que va a salvar el mundo en el juego, pero luego tiene ansiedad social y no puede salir de casa.

La inseguridad la genera la desconexión con el mundo real, porque te enfrías, te destemplas y le pierdes la dinámica.

Cuanto más tardas en meterte en el agua más frío tienes y más fría te parece que está el agua.

Si fueras mi cliente, te diría:

“La vida está para vivirla, para salir, para correr, para sudar, para ensuciarte, para sufrir… Porque solo cuando dejas de tener miedo, tu cuerpo se calienta y vuelve a latir.”

🔥  ATENCIÓN 🔥

Este sábado en la Membresía te hablaré sobre la seguridad personal, las dudas y la toma de decisiones.

Y sin que te des cuenta te estaré hablando de seducción.

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