- Mail de Alexandre Escot
- Posts
- La clave está en los accesos.
La clave está en los accesos.
He trabajado en muchos casos de divorcio.
Y hay rupturas que no solo son complicadas, también son peligrosas.
Cuando la otra persona es violenta, el modo en el que se gestiona ese momento de decir: “NO quiero seguir”, es fundamental.
Ya que, si lo haces del modo incorrecto, puedes encontrarte con una situación muy violenta, ya sea hacia ti, tu apartamento o tus pertenencias.
También he acompañado a empresas en procesos de despido, en los que personas con acceso a información confidencial, al marcharse, han intentado llevarse información sensible para extorsionar a la empresa.
Estas cosas, que parecen de película, son más habituales de lo que pensamos.
La clave está en el control de accesos.
Limitar la posibilidad de que la otra persona acceda a ti, a ciertas cosas, espacios o intimidad, una vez que se rompe el vínculo, es fundamental para minimizar el daño que puede causar.
Por ello, es necesario ir un par de pasos por delante y decidir el contexto en el que te gustaría encontrarte en el caso de que esa persona respondiera de la peor forma posible a tu intención de romper esa relación, personal o profesional.
En uno de los últimos casos en los que trabajé, una chica estaba rompiendo con su pareja con la que llevaba 7 u 8 años. Él solía perder los nervios poniéndose agresivo, aunque nunca había cruzado el límite de romper algo o hacerle daño. Ella había intentado romper con él un par de veces, pero él no se lo ponía fácil.
Vino a consulta para que le ayudase a gestionar esa ruptura y diseñamos una estrategia.
El piso donde vivían era de alquiler a nombre de los dos. Ella no tenía intención de quedarse ahí. Así que lo organizamos para que ella faltase al trabajo, y mientras él estaba trabajando, ella, acompañada de una amiga y un amigo, hizo las maletas. Un grupo de mudanzas se llevó las cosas de ella, y ella se marchó a casa de sus padres.
Cuando él salió del trabajo, ella le llamó. Le dijo que había tomado la decisión de romper con él y que se había marchado de casa. Que sabía que él no se lo tomaría bien y se había llevado sus cosas. Le pidió que no contactase con ella, en uno días le escribiría.
Él se enfadó mucho, pero no tenía modo a su alcance de causarle ningún daño.
Pasados unos días quedaron para tomar un café, conversar y poner en orden temas que tenían conjuntos. Él ya estaba más tranquilo y, aunque jodido, razonó bastante bien. Quedaron en una terraza, en un lugar en el que había más gente y personas de la confianza de ella muy cerca.
En ese contexto, la relación terminó bien y evitamos cualquier tipo de problema.
Él no era un maltratador, era un tipo complicado con mal genio. Si estas medidas las tomamos con una persona así, imagina lo cautelosos que tenemos que ser frente a personas realmente violentas o personas que van dispuestas a hacernos daño.
Si fueras mi cliente, te diría:
“La gente puede querer hacerte daño pero, en muchos casos, de ti depende que pueda llegar a hacértelo.”
PD: El próximo martes estaré en Madrid, Gache Boccazzi ha organizado un eventazo privado en el que poco más de 100 personas vivirán un momento único. Conversaremos de forma pública grabando un podcast y de forma privada, diciendo cosas que no se pueden decir públicamente. Conversaremos, debatiremos y crearemos una velada que será difícil olvidar
Si quieres un pequeño adelanto,

Puedes compartir las frases que más te gusten de este mail en tus historias de Instagram (etiquétame), y también puedes reenviar este correo a quien creas que le puede servir.
NO respondas a este mail. NO recibo las respuestas.
Si quieres comentar este mail escribe en el Canal de Telegram.
Si algún día no recibes el mail puedes acceder a esta página
y podrás ver TODOS los mails: