¡Eso es trampa!

Volvamos a las trampas, que es el tema de la Píldora de este sábado de la Inteligencia Evolutiva.

Seguramente muchas veces te habrá pasado que alguien habrá hecho algo que le habrá dado ventaja frente a ti, y en ese momento tú has dicho:

¡Eso es trampa!

Muy posiblemente tuvieras razón, eso es trampa.

Pero también muy posiblemente esa persona ha conseguido lo que quería y no ha habido consecuencias negativas para ella.

También es muy probable que no haya dañado a nadie por hacer lo que ha hecho, simplemente ha hecho algo que no contemplabas y eso le ha dado ventaja.

Te pongo un ejemplo, en urgencias hay veces que no se puede entrar a ver a un paciente. Cuando mi abuela estaba en su fase final fuimos varias veces a urgencias y a los familiares no nos dejaban entrar a ver a las personas de urgencias.

Entonces yo me acercaba al mostrador y les decía que tenía la cruz de mi abuela, les enseñaba un collar finito con una cruz y les decía que ella es muy supersticiosa y que tenía que dárselo. Siempre me dejaban entrar, yo me metía en el box y me quedaba ahí con ella. Cuando me echaban al cabo de unas horas, ya a punto de salir de urgencias, le decía a la persona que me acompañaba: Vaya, se me ha olvidado darle la cruz a mi abuela (esa persona no sabía la estrategia que había usado antes) y volvía al box y me quedaba charlando con ella un rato más.

Los familiares de otros pacientes no podían entrar, yo sí.

¿Era trampa? Sí.

¿Podía usar la misma estrategia varias veces? En distintos turnos y en distintos hospitales sí. La usé muchas veces.

Una vez fui y vi que era el mismo personal al que ya le había hecho lo de la cruz. Me fui a Lindt, compré dos cajas enormes de bombones y fui a la recepción de urgencias:

—Disculpe, no puede entrar.

—Lo sé, lo sé. Mi abuela ha estado varias veces en estas urgencias y me ha pedido que os traiga esto, está muy agradecida porque sabe que, a pesar de que haya tanta gente, siempre la habéis tratado de maravilla.

Y les ponía las cajas de bombones encima de la recepción. Todos estaban encantados con los bombones y súper agradecidos porque su trabajo estaba siendo reconocido.

Entonces yo cogía un bombón y les decía:

—Voy un segundo a decirle a mi abuela que ya os lo he traído y a llevarle este, que es el que más le gusta.

—Sí, sí, pasa y dale las gracias de nuestra parte.

—Gracias a todos vosotros por el trabajo que hacéis.

¿Crees que unas personas que trabajan en las condiciones en las que lo hace el equipo de enfermería y de médicos de urgencias, que cobran una miseria por el esfuerzo que hacen, que trabajan mil horas y a las que todo el mundo presiona y trata mal… no merecen de verdad esas cajas de bombones? ¿Que no se alegran cuando alguien les dice que lo han hecho muy bien? ¿Y que, a cambio, no serán un poco más flexibles con las reglas en modo de agradecimiento?

Todo el mundo crea problemas, se enfada, exige, presiona… y pretende que haciendo eso los demás se pongan de su lado.

Fíjate que tanto en el ejemplo de la cruz como en el ejemplo de los bombones, consigo lo que quiero haciendo que los demás se sientan bien y sientan que están haciendo algo bueno.

Cuando hablo de hacer trampas no hablo de engañar a alguien para que se acueste contigo, ni de hacer que te den un dinero que no vale aquello que ofreces, ni de presionar a alguien para que haga algo que no quiere hacer, ni de conseguir lo que tú quieres a costa de que mucha gente sufra.

Eso es de mediocres y no considero que tú lo seas.

Te hablo de jugar con tu creatividad para conseguir una ventaja que de otro modo no obtendrías, y hacerlo de un modo que haga que los demás se sientan bien por ayudarte a conseguirlo.

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Si esto me lo da gratis… qué cojones hay en la Inteligencia Evolutiva.

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“Las reglas se sostienen hasta que creas el contexto en el que a alguien le apetece o le conviene hacer una excepción.”

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