Ha ganado Trump, y me da absolutamente igual si estás a favor, si estás en contra o lo que pienses.

Porque no te quiero hablar de él.

Te quiero hablar del margen que tiene el presidente que se marcha.

Las elecciones en Estados Unidos suelen ser en noviembre y, tras ganar un presidente, el anterior tiene un tiempo de gracia en el que sigue en el poder sin ser el presidente electo. Ese tiempo dura hasta el 20 de enero, y a esta etapa la llaman el “período del pato cojo” (cosas de los americanos).

Evidentemente, no tiene ningún sentido que si ya no es presidente tenga todo ese margen.

Imagina que rompes con tu pareja y le dices que puede seguir acostándose contigo durante dos meses, solo para no quitarle ese privilegio de golpe. O que despides a alguien y te obligan a que esa persona, tras ser despedida, siga dos meses en tu empresa, pudiendo causar cualquier destrozo por puro resquemor.

Bien, pues ese privilegio absurdo se mantiene por una cuestión de intereses. Todo presidente electo llegará al momento en que tendrá que dejar de serlo, y en esa situación le conviene mantener este privilegio para poder hacer sus tejemanejes al gusto y llevar a cabo ciertos favores que le beneficiarán mucho en el futuro.

Es lo que, en teoría de juegos, se entiende como una cooperación entre traidores.

Pues Biden, en el inicio de este tiempo de gracia, acaba de autorizar a Zelenski (el presidente de Ucrania) a bombardear con misiles de largo alcance a Rusia, puesto que parece que hay ciertos intereses en que haya un conflicto armado a gran escala. Y, como el tiempo en el poder de ciertas personas se termina, hay que acelerar las cosas.

¿Quieren una gran guerra? No.

Quieren un cambio de paradigma, y la guerra es un mecanismo; la inflación es otro; las crisis económicas, otro; los virus y pandemias, otro; las catástrofes climáticas y el propio cambio climático, también…

Están usando ciertos mecanismos porque, para poder implementar un nuevo paradigma, hay que destruir el paradigma anterior.

Por todo ello, sabiendo que tienen prisa porque el período de gracia termina el 20 de enero…

Yo me prepararía.

¿Para qué? No lo podemos saber, pero sí podemos prepararnos con los requisitos básicos para afrontar cualquier tipo de situación complicada, porque las personas que están al mando han emprendido una gran guerra que no es contra Rusia, es contra todos nosotros.

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