Demasiada cordura...

Al ser psicólogo y ayudar a cientos de personas a transformar su mentalidad, parece que tenga que ser muy estructurado y estar completamente a favor de la racionalidad, la cordura y la normalidad.

Y especializarme en pensamiento sistémico, teoría de juegos, sistemas de incentivos, toma estratégica de decisiones, resolución de problemas, superación de crisis, antifragilidad… parece que implique que deba ser hiperestructurado.

Pero NO es así.

Cuanto más completa es tu caja de herramientas, más formas tienes de arreglar algo.

Disponer de muchas y muy variadas herramientas, por formales que sean, te abre un abanico de posibilidades increíblemente creativo para hacer las cosas de manera distinta y conseguir cada vez mejores resultados.

Lo que he descubierto en todo este tiempo es que ser demasiado racional te hace pobre, te jode las relaciones y termina por quitarte la salud.

Porque la razón jamás será capaz de contemplar las múltiples formas en las que la vida se expresa.

Para ello, hace falta intuición.

Hace falta conectarse con uno mismo, sentir el momento que estás viviendo y trascender la razón para comprender de verdad qué es lo que tienes que hacer.

La mentalidad que propongo no se trata de más estructura, sino de una mayor flexibilidad mental.

Y eso, en mi mundo, se llama locura.

Una locura sana y maravillosa.

Si fueras mi cliente, te diría:

“Tu mente nunca será capaz de comprender lo increíble que es la vida.
Eso depende de ti.”
 

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