Déjale respirar.

No estar siempre presente, no ocupar todo el tiempo el campo visual de la otra persona, ni su atención, hace que su cuerpo respire de ti…

La gente quiere ser el centro del otro todo el tiempo.

Y no se dan cuenta de que así le asfixian.

No se trata de hacerte el misterioso diciendo y haciendo cosas contradictorias, dejando saber que hay cosas que no quieres decir o jugando a dar y quitar para tensionar a la otra persona.

Se trata de respeto personal hacia ti mismo.

Se trata de respetar los tiempos, el proceso y los sentimientos.

Entender que un “nosotros” no implica que cada uno no tenga su vida personal.

Porque entonces es cuando empiezan los autoengaños en los que le cuentas todo a la otra persona para que esa persona se sienta comprometida y tenga que contártelo todo a ti. Y eso es una trampa que creas para saber todo lo que hace y piensa, y así, si quiere alejarse de ti, tú saberlo.

Y no hay nada peor en una relación que saber que la otra persona no se marchará.

Lo que tienes que saber es que se marchará y cuidar a esa persona, esforzarte para hacer que se sienta a gusto contigo, crear un vínculo sólido, crear la complicidad, generar ese amor que haga que, a pesar de que pueda marcharse, elija quedarse contigo.

Cuando profundizas en la mentalidad descubres que casi todo funciona al revés de como la gente piensa. Y es por eso por lo que casi todo les sale mal todo el tiempo y hay tanto sufrimiento.

No es que estén equivocados siempre, es que la vida funciona a partir de contrarios que se atraen y de similares que se alejan. Son ciclos de fuerzas y contrafuerzas que no dejan de acercarse y alejarse, y entender eso hace que empieces a descubrir la paradoja que le da sentido a esta vida tan contraintuitiva.

Llevo años profundizando en el pensamiento paradójico y es una locura maravillosa. Ahí aprendí que si te haces el misterioso eres gilipollas, y si te respetas siendo consciente de lo que quieres y de lo que no quieres compartir, generas ese misterio que provoca atracción. Pero que, al mismo tiempo, es correcto, sano y divertido.

Puedes pensar que con lo que te cuento en los mails ya es suficiente, que te haces una idea y que ya con esto puedes ir tirando. Y es así. Cuando empecé esto hace 3 años me propuse no solo vender en los correos, sino compartir contenido de valor y experiencias reales.

Pero ten por seguro que si tantos cientos de personas, a pesar de leer el mail diariamente, eligen pagar 100 € por la Membresía de la Inteligencia Evolutiva, es porque detrás de esto hay mucho más.

En la Píldora de este sábado hablo sobre el misterio.

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