Comunicado para ovejas negras.

Solemos creer que por hacer las cosas diferentes a cómo las ha hecho nuestra familia, a como nos han enseñado a hacerlas, estamos haciendo algo malo.

Sentimos que les estamos traicionando.

Y ellos, con su resistencia, se ponen en nuestra contra haciéndonos creer que lo que hacemos está mal.

Pero NO, no es así.

Esto va en el contexto de la pregunta a la que respondo hoy:

“He sido educada en que la escasez es buena, que no llamar la atención, no hacer ruido, la discreción, etc., es lo mejor y soy oveja negra pero me han machacado tanto por eso que me cuesta mucho romper el esquema porque no me siento bien del todo cuando no cumplo ese perfil a pesar de que no lo siento mío, llevo años trabajando en ello pero ahora que quiero emprender necesito darle visibilidad a mi proyecto donde yo soy el centro y me está costando muchísimo exponerme, me da entre miedo y vergüenza.”

Bien, lo que hay que entender es que la familia educa a las nuevas generaciones a partir de las reglas de la familia.

Esas reglas son los patrones de comportamiento y estrategias que hasta ese momento han servido, que han sido útiles, que les ha permitido sobrevivir e ir avanzando.

Evidentemente, las nuevas generaciones con la rebeldía de la juventud cuestionan esas reglas.

¡Y es lo que tienen que hacer!

El problema es que desde la rebeldía, no se avanza porque solo estás luchando en contra, llevas la contraria sin demostrar que tu propuesta es mejor.

Cuestionar, poner en duda, explorar, buscar los límites y cruzarlos, eso es lo que tienen que lograr las nuevas generaciones.

Y es necesario entender que la fuerza que la familia aplica para que respetes las reglas, es una prueba que debes superar.

—Si quieres hacerlo distinto, hazlo mejor. Pero no vengas montando el pollo para luego hacer cualquier mierda— eso es lo que te están diciendo.

Y ellos desean que lo consigas, pero tienen que ponerte a prueba para que realmente no te expongas a peligros o a una vida peor que la que hasta ese momento ha funcionado.

Gracias a esta estrategia hemos sobrevivido miles de años, siendo conservadores y manteniendo lo que funciona, pero también cuestionando aquello que puede funcionar mejor y mejorar nuestra calidad de vida o el mundo en el que vivimos.

Si fueras mi cliente, te diría:

“Lo que te está sucediendo no es que te afecta lo que te dijeron.

Es que todavía no te has convertido en la persona capaz de cuestionarlo.”

 

🔥  ATENCIÓN 🔥

Este sábado en la Membresía te hablo sobre trampas en las que todos caemos solo por vivir en la sociedad y en la cultura en la que vivimos.

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