¿Amenazas?

 

En la Membresía suelo hablar de amenazas, de coerciones, manipulaciones, chantaje… haciendo consciente a la gente de que vivimos en entornos que nos presionan diariamente.

Socialmente estamos siendo amenazados explícitamente todos los meses. Si no pagas te cortamos la luz. Si no pagas te cortamos el internet. Si no pagas te cortamos la línea telefónica. Si no pagas te echamos de tu casa. Si no conduces como te decimos recibirás una multa o no te dejaremos conducir. Si no pagas los impuestos te multaremos y te quitaremos el dinero sin que puedas interferir. Si no te ciñes a nuestras reglas te encerraremos.

Pero no siempre tiene que ser explícito. Puede ser un comentario en la empresa en el que te insinúan que el resultado no está siendo suficiente, que quizás las cosas no van bien y que si siguen así tendrán que hacer recortes o que una actitud determinada no está alineada con el grupo.

Con todo eso te están presionando para que hagas más de algunas cosas y menos de otras. Si sigues las directrices que te indican no se cumplirá la amenaza, pero si no las sigues no les quedará más remedio que…

Solamente están desdibujando la amenaza real que es: te estamos pagando para que hagas lo que te decimos, del modo que te decimos y consiguiendo el resultado que te decimos, y si no lo haces te despediremos.

Bien, son relativamente fáciles de ver este tipo de presiones en el estado, en las empresas de servicios, en el trabajo, pero no lo es tanto cuando la presión viene de personas que te quieren.

Ese comentario de tu pareja diciéndote lo que tienes que hacer para que te siga queriendo o para que le vuelvas a gustar, esa presión para seguir cumpliendo un rol determinado en la familia y así seguir encajando o no decepcionarles, esa presión de los hijos con quererte solo si se cumplen ciertas condiciones…

Todo el tiempo te están diciendo: si quieres que te queramos, si quieres seguir siendo aceptado, si quieres que te dejemos seguir estando con nosotros... haz lo que te decimos.

Cuando te detienes y te das cuenta de la presión a la que eres sometido a diario, entiendes ese bruxismo, entiendes esa ansiedad, entiendes esos terrores nocturnos, entiendes tus pocas ganas de vivir.

Porque lo que llamas vida hace mucho que dejó de ser una elección y se basa solamente en seguir cumpliendo reglas, directrices, indicaciones, presiones, deseos, órdenes. Para que la rueda de la rata siga girando y nadie te haga daño, nadie te multe, nadie te quite nada, nadie te deje de querer, nadie se enfade contigo, nadie te culpe de algo, nadie te eche de ningún sitio…

Pero cada vez haces más concesiones y llega un punto en el que estás aguantando un peso insoportable para mantener una vida que ya no es tuya, es de los demás.

¿Y todo eso para qué?

Para evitar el abismo oscuro.

Si fueras mi cliente, te diría:

“Cuando pagas un precio tan alto por algo que solo te genera sufrimiento…

Estás haciendo un mal negocio.”

 

🔥  ATENCIÓN 🔥

Este sábado en la Membresía te cuento el modo de aprender a sostener el caos y dejar de evitar las conversaciones difíciles.

Descubrirás que el precio a pagar por resolver una situación que te hace sufrir siempre es menor que el precio de mantenerla.

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