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¿Ahora qué hago?
Reflexión de hoy:
Recuerdo a una cliente que vino a la consulta hecha polvo diciendo que su novio le había robado la vida a base de mentiras.
Llevaba con él 6 o 7 años. Era una de esas relaciones en las que empezaron con muchas ganas, los amigos conectaron y parecían una pareja 10. Pero pasaba el tiempo y ese noviazgo no iba a ningún lado. Se estancaron por no dar pasos y el tiempo se les echó encima.
Ahora ambos rondaban los treinta y muchos. Él vivía en un pueblo, y ella en una ciudad. Él no quería mudarse a vivir a la ciudad porque estaba a gusto en su casa y porque trabajaba en el pueblo y ella no quería ir a vivir al pueblo porque no le gustaba y porque trabajaba en la ciudad.
Lo feo de la situación es que al principio de la relación él le había dicho que se mudaría a la ciudad (imagino que se lo dijo para no perderla pero nunca fue verdad), y simplemente estaba dejando pasar el tiempo, dando largas para ver si la situación de ella cambiaba y terminaba animándose a ir al pueblo.
Ella quería que vivieran juntos, casarse, tener hijos, y formar una familia con una convivencia y con un desarrollo pleno.
Pero llegó el día en el que se dio cuenta de que todo era mentira, de que él nunca iba a dar el paso. Además, ya no había nada entre ellos más que una espera eterna a que sucediese algo que nunca sucedería.
Ella se sentía robada, traicionada, decía que él le había robado unos años que jamás recuperaría y que quizás nunca sería madre por culpa de él.
—En el fondo sabías que él no se iba a mudar — le dije.
—Puede ser. Pero hablábamos mucho sobre las cosas que haríamos, la casa que tendríamos… hacíamos planes y me ilusionaba.
—Ya, pero en el fondo sabías que él no se iba a mudar. Es importante que te sinceres contigo misma sobre el motivo por el que no le dejaste antes.
—Tenía miedo de empezar de nuevo, de volver a conocer a alguien. Era más fácil creerle.
—Bien, cuando aceptas que has sido consciente del problema y que en cierto modo lo has permitido, te liberas de ser una víctima y dejas de volcar sobre él la responsabilidad de la situación en la que te encuentras. Él solo te daba la excusa que necesitabas para no avanzar. Si hubieras querido el proyecto de vida que me cuentas, le hubieras dejado al primer año al ver que no tomaba la iniciativa.
—Silencio.
(Se empieza a poner roja. Llena de ira, aprieta las manos y parece que va a estallar).

Se había dado cuenta del engaño de él, pero no de su propio autoengaño.
—Soy una p*** cobarde y me he escondido detrás de ese p*** niñato gilipollas que nunca saldrá de ese p*** pueblo de mierda.
¿Ahora qué hago?
—VIVE.
Salió de la consulta como una flecha, creo que le llamó para dejarle, pusimos orden a su vida y en menos de un año estaba en pareja, enamorada como nunca lo había estado del otro y con planes de boda. Ya no seguimos con sesiones, pero sé que tuvieron un niño poco tiempo después y creo que está bastante contenta de ese ATxC brutal que hizo.
🔥 Si fueras mi cliente te diría 🔥
"Ten cuidado…
Esperar a que suceda algo durante mucho tiempo puede ser una trampa para autoengañarte y no avanzar.”
👇🏻 ATENCIÓN 👇🏻
En la Píldora de este sábado te hablo de los FINALES y de la importancia de saber gestionarlos para no perder un montón de tiempo de tu vida en una historia que hace mucho que terminó.
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